Tu piel es de color verano incluso cuando me abandonas en el invierno más frío, tus brazos podrían salvarme de mil catástrofes aunque decidas convertirlos en una. Tu sonrisa alumbraría todo este pueblo de mierda, pero tú eliges suministrar la ciudad de la que acabo de marcharme.
Podría llamarte hogar si no te pasases el día a martillazos contra estas cuatro paredes imaginarias. Incluso podrías llegar a ser el amor de mi vida si no tuvieras cuadernos llenos de formas de matarme.
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