Ya me he mudado a ese hogar más grande en el que tú no cabes.
No lo siento, es totalmente personal, tenía que dejar sitio para mí.
El otro día recorrí el camino que siempre me llevaba a tu boca y se me
olvidó parar a pensarlo.
He vuelto a ser una niña que juega con la única palabra que no sabe
pronunciar.
Hi-po-tá-ta-despedida.
Y aquí estoy, saludando a todo lo que me traigo. Y trayéndome muchas cosas
bonitas.
No sé si quiero recordar tus dos besos al saludarme, pero jamás me olvidaría
de tu barba.
Fue un beso precioso el de despedida. No volveremos a vernos, ¿me equivoco?
Es demasiado tarde, nunca fue nuestro momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario